Y te quedás ahí, braceando, tratando de salir a la superficie mientras un océano de escenas pasadas te tira de nuevo para abajo.
Seguís remando contra esa corriente te fotogramas de tu vida que con tanto esmero trataste de archivar, pero ya es imposible.
Y entonces te rendís, dejás que te traspasen con todo el dolor y la tristeza que traen. Volvés a vivir cada instante hasta el último, cuando se fue de tu vida. En ese momento salís del océano de recuerdos y tomás el primer aliento.
Ya no parece tan profundo.
Poco a poco, volvés a lo cotidiano.
Al fin y al cabo, siempre volvés a respirar.
Al fin y al cabo, siempre vas a volver a zambullirte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario